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domingo, 8 de junio de 2008

Me aburrí de arrugar

Hace aproximadamente un año que estoy experimentando con un método que me permite controlar mejor mi performance en la cancha de golf.

La verdad es que los resultados hasta ahora han sido espectaculares, y desde Septiembre de 2007 he ganado más de 15 torneos, algunos de ellos de gran significado para mí. El Campeonato del Club de Cachagua y el Abierto de Chile de Seniors, donde en Santo Domingo hice par, y le gané a los profes Senior.

También obtuve muy buenos resultados secundarios, como el tercer lugar en el Sudamericano Senior de Buenos Aires, y los segundos lugares en categoría Presenior en los abiertos de Cachagua y Granadilla.

Todo parte con una observación muy simple: cómo cambia el performance en la cancha de Golf cuando uno está "bajo presión", nervioso, o obligado a hacer un score, o un tiro crítico. Incluso, al más alto nivel competitivo se observa este tremendo deterioro de performance: lo vemos todas las semanas en el PGA TOUR, y las "arrugadas" tipo Jean Van de Velde son miles y legendarias.

Han surgido en los últmos 30 años, los "sports psicologists" que han asesorado a los golfistas más importantes y escrito muchos libros sobre cómo debe un golfista de elite "manejar la parte mental". Pero, la verdad, a juzgar por los resultados, en su mayoría, han fracasado rotundamente.

En esta primera parte, sólo voy a esbozar unas reflexiones pre-eliminares sobre el tema. La razón es simple. Estoy recién cumpliendo un año experimentando con el método, y aún hay una alta posibilidad de que todo el buen resultado observado en los últimos meses sea una casualidad. O, tal vez, el sistema tienda a perder efecto con el tiempo. Los próximos diez y ocho meses van a ser increiblemente interesantes para clarificar la incertidumbre.

Observaciones:

1. La enseñanza del golf parte, normalmente, a una temprana edad, y es esencialmente técnica, y de acciones repetitivas. Dicen los expertos que el swing de golf es "antinatura" y para aprenderlo se require de un larguísimo período de práctica de acciones repetitivas. La primera observación es que el golfista, desde que se inicia, y a lo largo de su aprendizaje de los primeros años se concentra en un 99% en lo técnico, en lo mecánico. En mis años formativos nadie me habló más de 10 minutos de la parte mental, de cómo concentrarme mejor, de qué hacer cuando me ponía nervioso.

2. Pero, ocurre que la mente consciente suele ser muy mala para procesar cantidades grandes de información compleja: por ejemplo, nos cuesta retener números y nuestra memoria recuerda relativamente poco de detalles aprendidos, incluso recientemente. Lo que sí hace muy bién la mente es recordar sensaciones, tendencias e intuye extraordinariamente bien.

3. Cuando uno está jugando relajado y suelto (normalmente amistosos o cuando jugamos solos) tendemos a jugar muy bien, nos sale todo, los putts caen, casi todo sale fácil......y por ende, nuestro score tiende a ser muy bueno. Pero basta que nos inscribamos en un torneo y nos entregan una tarjeta, y algo cambia......."esto es en serio, tengo que hacerlo bien, tengo que acordarme de hacer bien mi swing, lo que me han enseñado la semana pasada, tengo que hacer una vuelta de pocos palos."

Mi conclusión es simple. Cuando estamos en campeonato y hay un poco, o mucha presión, tendemos a forzar nuestra mente a recordar los temas técnicos y mecánicos que queremos que nos produzcan resultados. Por ejemplo, "tengo que sacar el palo con la mano izquierda", o "tengo que terminar el swing atrás", o "sacar el putter para adentro", o "cuidado con pegarle para la izquierda que hay agua".Cientos de cosas.

Bueno, ocurre que la mente consciente, que es mala para procesar tanto detalle mecánico, simplemente hace cortocircuito y lo que casi siempre sucede es que podemos hacer una tonelada de palos.

Por el contrario, cuando estamos jugando por placer, tranquilos, relajados, lo que ocurre es que estamos en el modo que más acomoda a nuestra mente: el modo automático. Si una ya sabe jugar golf, la mente sabe exactamente lo que tiene que hacer.

Los grandes golfistas acuñaron hace mucho tiempo un término para este estado donde todo es relajo, todo sale: lo llaman "in the zone".

Una observación obvia de lo anterior es que si uno está probando cambios en su swing, estos se deben hacer en la cancha de práctica y jamás en un torneo.

4. Lo que hay que desarrollar, por lo tanto, es un método efectivo que nos permita mantenernos en el modo "inconsciente" o  "automático" cuando estamos bajo presión.
Hay que partir reconociendo que no es tarea fácil y que ni el mejor de los métodos va a funcionar siempre.

Sin embargo, en base a la experiencia propia de estos últimos meses, creo que es muy posible mejoras de performance significativas cuando uno está bajo presión.