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domingo, 14 de diciembre de 2014

Recordando a Tía Ruth. " Terence, what on earth do you do ???"

Ya ha pasado un poco más de una semana de la partida y despedida de esta gran mujer que fue Ruth Cooper de Struthers.

En su Cumple N° 90 con su hija Vicky
Se fue tal como hubiese querido.

En paz, en su propia casa de Oviedo y rodeada por sus hijas, nieta y justo cuando llegó de Inglaterra su nieto mayor, Christopher Mitchell.

En la Iglesia y en el Parque del Recuerdo se multiplicaron las palabras de homenaje, los recuerdos y las historias de tantas personas que fueron tocadas por esta gran mujer. Una mujer inteligente y bondadosa.

Fue generosa con los necesitados en un grado que probablemente jamás sabremos. Siempre preocupada por los demás. Tremendamente sociable.

Clarísima respecto del actuar correcto y fuerte como un roble en los tiempos difíciles.

Ella se preocupaba de juntar a toda la familia en las ocasiones importantes o cuando llegaban visitas o familiares de Inglaterra. Sus reuniones familiares en su terraza de Oviedo son legendarias, y ese maravilloso jardín, que ella formó y cuidó con tanto esmero toda su vida, siempre estaba impecable y bellísimo.

En sus últimos años tuve el privilegio de ayudarla en sus asuntos bancarios. Era fácil porque la Tía Ruth siempre estaba encima de sus asuntos financieros y me llamaba cuando necesitaba dinero efectivo y yo se lo llevaba a su casa.

Normalmente yo hacía esto camino al gimnasio del Country Club por lo que varias veces me preguntó el porqué de un atuendo tan deportivo en un día de semana cuando, en su concepto, yo debía estar trabajando.

Y una vez, hace unos tres años, me dijo:

"Terence, tell me.........what on earth do you do?" ("Terence, explícame.......a qué diablos te dedicas?")

Típico de la Tía Ruth, siempre preocupada por el bienestar de los demás!!!!!!!

Le conté a mi Tía que llevaba varios años pensionado y que me iba bien. Que en los últimos años estaba dedicado a ser Coach Mental de Golf y que hacía unos Talleres y unas Charlas por las cuales me pagaban.

Se interesó en lo que yo le contaba y me pidió que le explicara un poco de qué se trataba.

La Tía Ruth con los hermanos Cook
En breves palabras le conté sobre mis estudios del cerebro y la Mente, las características del lado izquierdo y el lado derecho del cerebro, de las capacidades de la Mente Consciente y de la Mente Inconsciente.

Le conté que había descubierto a Emile Coué y su Método de la Autosugestión Consciente, y que era posible enviar mensajes conscientes a la poderosa y hacendosa Mente Inconsciente para lograr resultados deseados en el ámbito del golf.

Le di un par de ejemplos y para mi gran sorpresa la Tía Ruth me dijo:

"I know exactly what you mean because I used it some times when I was younger" (Sé exactamente a lo que te refieres porque yo lo utilizé algunas veces cuando era más joven").

Y me dio un ejemplo maravilloso de lo que es la Autosugestión Consciente y como se puede enviar un mensaje consciente a la Mente Inconsciente para producir un resultado beneficioso para el diario vivir.

Me dijo:

" Cuando yo era más joven y estaba un poco deprimida, me ponía delante del espejo y pasaba unos minutos obligándome a sonreir. En un rato, me sentía mejor y se me pasaba la depresión".

Lo encontré sencillamente brillante y al poco tiempo incluí esta anécdota  en mi libro sobre Golf Mental.

Claro, porque una de las características principales de la Mente Inconsciente es que carece, en absoluto, de facultades críticas propias.

Vale decir, la Mente Inconsciente no es capaz de distinguir entre lo bueno o lo malo, lo aceptable o lo inaceptable, lo real o lo imaginario.

La Tía Ruth había descubierto que su Mente Inconsciente era "engañable" y que aunque se sintiera deprimida, ella podía, con el simple expediente de verse sonriendo en el espejo, sacudirse de la depresión.

Es que otra de las características de la poderosa Mente Inconsciente es que es "hacendosa" y hace todo lo posible por transformar en realidad lo que estamos pensando, escribiendo o hablando.

La Tía Ruth se obligaba conscientemente a sonreírle al espejo, la Mente Inconsciente "creía" que ella estaba contenta y cursaba todas las instrucciones mentales y físicas para que estuviera, de verdad, feliz.

Grande mi Tía Ruth, una de las mujeres más generosas, admirables, inteligentes y simpáticas que yo haya conocido.

Su gran ejemplo vivirá siempre con nosotros. Jamás la olvidaremos.







1 comentario:

Hugo Carvacho dijo...

Bonita historia y muy bien contada.

Un abrazo,

Hugo Carvacho Ruz