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miércoles, 11 de septiembre de 2013

Derechos Humanos, Reconciliación y Perdón

A mis amigos de izquierda les he dicho en muchas ocasiones que es muy importante separar, absoluta y totalmente, dos temas fundamentales de lo ocurrido en Chile en la década de los 70.

Lo primero es el juicio al Gobierno de la Unidad Popular, liderado por el Presidente Salvador Allende, y, el segundo es el juicio a las violaciones a los derechos humanos ocurridos después de la intervención militar del 11 de Septiembre de 1973.



Ya he sostenido en muchas ocasiones que desde mi óptica privilegiada de testigo de los hechos (tenía 20 años el año 1970, y estuve en la Universidad, en Valparaíso, hasta el año 1975), no tengo duda alguna que la UP fue el peor gobierno de la historia de Chile y que Allende fue el peor Presidente que este país jamás haya tenido.

Fui testigo de la valentía de los jóvenes universitarios del Movimiento Gremial de la Universidad Católica de Valparaíso en su lucha en contra de la violencia y la intolerancia izquierdista de la época.

Por eso fue que ayer, al cumplirse los 40 años del Golpe Militar, reproduje, como homenaje a ellos, y a todos los que lucharon para poner fin a la nefasta UP, mi artículo "A 40 años de la decisión de lucha del Movimiento Gremial UCV", que relata los hechos acaecidos el 25 de Noviembre de 1971 y que dieron origen a la heroica lucha de los estudiantes democráticos de la UCV para recuperar la Universidad.

DERECHOS HUMANOS:

Pero lo que me ocupa este 12 de Septiembre del 2013, es lo que sucedió a partir de este día, hace 40 años, cuando se inició el Gobierno Militar que tuvo la misión de lograr una tremenda reformulación de objetivos y estrategias en lo político, económico y social, los que han llevado a Chile a un sitial de desarrollo respetado, hoy, en el mundo entero.

Pero, lamentablemente, en los días y años siguientes al Golpe, junto con los enfrentamientos normales de una resistencia articulada, hubo una persecución durísima en contra de los grupos de la izquierda más organizados y se cometieron violaciones a los derechos humanos, los que fueron injustificables desde cualquier punto de vista.

Repito con toda claridad para que se me entienda bien: Hubo violaciones a los derechos humanos, incluyendo torturas, asesinatos y desaparición de personas que condeno con toda mi alma.

Mis amigos de izquierda cometen el error de mezclar las dos cosas. Por conveniencia muchas veces, me temo.

Pero lo preciso es que el Gobierno de la UP fue catastrófico y mereció el Golpe de Estado, y, posteriormente, las violaciones de los derechos humanos son y fueron injustificables.

AUTORIDAD MORAL EN EL TEMA DE DERECHOS HUMANOS

Les cuento a mis queridos amigos de izquierda que encuentro muy equivocada la simplificada descalificación que me hacen.

"Ahhhhh, tu apoyaste el golpe. eres un Facho".

Y lo que queda colgando siempre es que al justificar y apoyar el Golpe también justifico las violaciones de los derechos humanos ocurridas a continuación.

Bueno, para ellos va esta siguiente historia de mi familia. Poco conocida, porque ocurre que mis padres y mis tíos eran personas generosas, valientes, de bajo perfil y maravillosamente abiertas a la reconciliación y al perdón.

Algo que falta a raudales por el lado de la izquierda Chilena y a  muchos oportunistas, de hoy, de la Centro Derecha.

Ocurre que mis padres y tíos eran muy jóvenes cuando estalló la segunda guerra mundial y los horrores del Nazismo. Eran nacidos en Chile, de ascendencia Británica, estaban lejísimo de la guerra pero igual viajaron, en forma voluntaria, a luchar por sus principios.

Por el lado de mi madre fueron a la guerra cuatro de nueve hermanos (dos hombres y dos mujeres, incluyendo a mi Madre).

Tommy Cooper, piloto de la RAF fue derribado sobre el Canal de la Mancha y su cuerpo jamás fue recuperado. Brian Cooper, padre de mi primo Alfredo Cooper, actual Capellán Evangélico de La Moneda, también piloto de la RAF, fue derribado sobre Alemania y sufrió los rigores de los campos de prisioneros de guerra, lo que probablemente le costó una muerte prematura, algunos años después, cuando tenía un poco más de 30 años.

Por el lado de mi padre, de cinco hermanos, fueron cuatro los voluntarios a la guerra. Los tres hermanos hombres en el Ejército Británico y mi tía Priscilla en la WRENS (Servicio auxiliar femenino de la Armada Británica). En Birmania, y en otros frentes del Asiático, los tres hermanos tuvieron que enfrentarse a los feroces soldados japoneses en condiciones climáticas generalmente terribles. Ivon Cook, mi tío, fue capturado y sobrevivió, con un sufrimiento enorme, a las penurias y torturas de un campo de prisionero Japonés.

Además, tuve varios otros tíos y parientes que fueron voluntariamente a luchar, de los cuales dos de ellos, Gerald Cooper y Colin Campbell, pilotos RAF, también fallecieron en acción.

A pesar de este tremendo sufrimiento familiar, mis padres y tíos supieron olvidar y perdonar.

Jamás sentí que, a pesar de los horrores que les tocó vivir, tuvieran ánimo de venganza y desquite. Todo lo contrario, desde muy joven y a pocos años de finalizar la guerra ya estábamos jugando hockey sobre césped contra los jóvenes decendientes de Alemanes del Manquehue, o, en el Country Club se estaba jugando la Copa Japón en golf.

Les doy gracias a mis padres y tíos por su generosidad, su falta de ánimo de revancha, por su ánimo de cicatrizar las heridas, de perdonar y reconciliarse.

Entonces les digo a mis amigos de izquierda que ni a mi familia, ni a mí, me pueden venir a dar lecciones de derechos humanos, ni de reconciliación.

¿ RECONCILIACIÓN O PERSECUCIÓN PARA CHILE ?:

Me impresionan algunos números.

Existen más de novecientos izquierdistas que participaron en hechos de sangre, o de apoyo a las organizaciones de lucha contra el régimen militar, en los años posteriores al 11 de Septiembre, que han sido amnistiados, perdonados o indultados, y además compensados económicamente.

Hace años que no hay ningún combatiente de izquierda cumpliendo condena. Se indultaron hasta los delitos más graves, incluyendo los homicidios.

Y por el lado de los que se enfrentaron a ellos, me refiero a los oficiales, los sub-oficiales y demás miembros de las Fuerzas Armadas y Carabineros, existe UN SÓLO indultado.

Han pasado casi 40 años y hoy se sigue procesando a Militares y Carabineros por los acontecimientos del período 73-78. La gran mayoría de ellos, eran subalternos, muy jóvenes, de menos de 30 años, y que no tenían otra opción más que obedecer las órdenes de sus superiores ya que pertenecían a organizaciones militares jerarquizadas.

¿ De qué justicia me están hablando?. ¿ De qué generosidad me están hablando?

Perfume a venganza, diría yo.

Los que están pagando hoy son el personal subalterno, la gran mayoría Tenientes, Sub-Tenientes o Sub-Oficiales de aquella época.

Espero sinceramente que una vez pasado este verdadero festín de la izquierda, en su afán por sacar el máximo aprovechamiento político a los 40 años del Golpe, podamos sentarnos los Chilenos de buena voluntad a lograr una verdadera reconciliación entre nosotros.

Por una parte se requiere del reconocimiento generoso de los gravísimos errores antidemocráticos de los sectores de izquierda en los años 1967-1973. Nada se saca con glorificar a un Salvador Allende que claramente actuó al margen de la ley y que destrozó, en su corto mandato, la base política, económica y social del país.

Y, por otro lado, se requiere de un perdón verdadero de parte de los que tenían mando en las Fuerzas Armadas y causaron, por acción o por omisión, brutales e injustificadas violaciones a los derechos humanos de la gente de izquierda en los años posteriores a 1973.



UNA PROPUESTA DE PERDÓN Y RECONCILIACIÓN:

Propongo que los miembros y adherentes al Gobierno de la Unidad Popular, quienes con sólo un 36 % de los votos intentaron implantar un sistema político, económico y social que la gran mayoría del país no quiso, pidan perdón por la violencia, intolerancia e intransigencia con que actuaron en el período 1967-1973.

También corresponde que los miembros y adherentes del Gobierno Militar, incluyendo a las Fuerzas Armadas y Carabineros, pidamos perdón por los atropellos, torturas y violación de derechos humanos por parte de agentes oficiales del régimen y que afectaron gravemente a los miembros de la izquierda del país.

Y propongo que el país entero perdone a los aproximadamente 400 miembros de las Fuerzas Armadas y Carabineros, Oficiales y Sub-Oficiales, que hoy siguen encarcelados o procesados, por delitos de derechos humanos que han ocurrido, en su mayoría, hace más de 35 años.

Me refiero al personal Militar y de Carabineros que tenía, a la fecha de los hechos, menos de 30 años de edad, y que recibieron órdenes directas de sus superiores, y estaban sujetos a la obediencia debida de los estados de Guerra y otros Estados de Excepción sucesivos de la época.

Este perdón a los oficiales y sub-oficiales subalternos que actuaron en la "guerra sucia" 1973-1978 debe venir acompañado de la entrega de información, por parte de ellos, que permita saber lo sucedido en las distintas situaciones acaecidas y, muy especialmente, con las personas desaparecidas.

Con respecto a los "Monstruos", vale decir, aquellos oficiales y civiles que tenían capacidad de decisión y mando, los que dieron las órdenes, los que participaron en la planificación, y muchas veces en la ejecución, de los delitos de violación de derechos humanos, no podrán acceder a perdón alguno, y deben continuar cumpliendo sus penas.

Si mis Padres y Tíos estuvieran vivos, estoy seguro que estarían plenamente de acuerdo con mi Propuesta de mutuo perdón porque es de justicia y ayudaría enormemente a la reconciliación y desarrollo de nuestro querido Chile.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente articulo Terence!!!! Conociéndote desde hace tantos años no tenia idea de la historia de tu familia....esos si que fueron guerreros!!! y al final ganaron.... un fuerte abrazo Rodrigo Díaz

Anónimo dijo...

No se debe pedir perdón por haber ganado un gurrra justa. Y si se hiciera, los del sin perdón ni olvido tampoco cederían en su persecución inicua.
El tema pasa por no olvidar y menos perdonar que en un pequeño país ubicado en el trasero del mindo, unos pocos milicos sacaron a quienes jamás se había logrado derribar y que además dieron un impulso de desarrollo que no han logrado detener.